domingo, 10 de mayo de 2009

juventud como capital social

Este artículo sube cortesía de la dirección de Vanguardia Virtual


Desafíos para la juventud

La juventud en Centroamérica, Panamá y República Dominicana es parte del capital social.

Durante los últimos años, la OIT ha buscado contribuir con la generación de un mejor conocimiento de la realidad socioeconómica y laboral de los diferentes grupos de ciudadanos que integran sus Estados miembros. Para ello no basta tener buenas cifras estadísticas ni utilizar categorías genéricas de análisis.
Enfrentar adecuadamente los desafíos que presenta la globalización, así como colaborar con la efectiva solución de problemas en el mundo del trabajo, demanda conocer adecuadamente las realidades locales, nacionales y sub-regionales, además de contar con marcos conceptuales que permitan analizarlas a profundidad, atendiendo a sus peculiaridades.

Empleos para jóvenes. Si bien los países del istmo Centroamericano y República Dominicana están registrando tasas positivas de crecimiento económico, estas son insuficientes para reducir de forma significativa los niveles de desempleo, subempleo y empleos precarios que afectan, incluso, a su población joven (entre los 15 y los 24 años). Particular atención merecen los jóvenes que no estudian ni trabajan, ni están buscando trabajo.
En Centroamérica, la población juvenil económicamente activa (PEA) contaba, en el 2006, con 3,6 millones ocupados: 2,3 millones en empleos precarios (63%) y 290 mil desempleados (tasa de desempleo de 7,4%). La PEA juvenil constaba de 222.000 ocupados en Panamá: 122.000 en empleos precarios (55%) y 52.000 desempleados (tasa de desempleo de 19%). Para República Dominicana, estas cifras eran de: 654.000 ocupados, siendo 376.000 en empleos precarios (57%) y 286.000 desempleados (tasa de desempleo de 30,4%).Este panorama no es bueno ni para los jóvenes ni para sus sociedades.

Trabajos precarios. En Centroamérica, Panamá y República Dominicana, seis de cada diez jóvenes estaban precariamente ocupados en el 2006. En Guatemala y Honduras, esta proporción se eleva a dos de cada tres jóvenes. En general, los jóvenes están más expuestos a las ocupaciones precarias que los adultos. Para la gobernabilidad democrática, esta situación presenta dificultades no menores.
Las mujeres registran un 14% de ocupación en trabajos domésticos. En Honduras y Panamá, estas cifras alcanzan alrededor de 19%, es decir, una de cada cinco mujeres. No obstante responder por un 36% de la fuerza de trabajo juvenil, las mujeres representan la mitad de la PEA juvenil desempleada, con tasas de desempleo superiores a las de los jóvenes varones (a excepción de El Salvador), llegando a casi el doble en Costa Rica, Panamá y República Dominicana.
La discriminación por género es una realidad con la que se deben enfrentar diariamente no pocas mujeres jóvenes en el Istmo y la República Dominicana.
Políticas específicas. Sin lugar a dudas, la situación sociolaboral de la juventud requiere políticas específicas, además de las generales, orientadas a la promoción del trabajo decente y la generación de empleos productivos para este segmento importante de nuestras poblaciones. Ello contribuirá con el desarrollo económico sostenible y equitativo, el fortalecimiento de la democracia y una mayor cohesión social.
En la OIT se han individualizado algunas áreas de políticas y realizado sugerencias (“Trabajo decente y juventud”, 2007) que podrían contribuir a que los jóvenes puedan desplegar todas sus potencialidades a favor del progreso común en la Patria Grande:
-Mejor articulación con la evolución del mundo productivo;
-Marco regulador adecuado: combinando protección y promoción;
-Más y mejor protección social;
-Educación y formación para el trabajo;
-Formación y desarrollo empresarial;
-Promoción de la inclusión: mujeres jóvenes, juventud rural, juventud indígena;
-Un marco institucional efectivo: la contribución de las organizaciones de trabajadores y empleadores.
-En la formulación y ejecución de estas políticas, los jóvenes deben participar activamente y no ser vistos como meros beneficiarios.
-La juventud en Centroamérica, Panamá y República Dominicana es parte del capital social de nuestras naciones.
-Las jóvenes son futuro; pero también presente... y esto, a veces, se pierde de vista.