lunes, 11 de agosto de 2008

ANÁLISIS DE UNA SANA CRÍTICA.

Este artículo sube cortesía de la dirección de Vanguardia Virtual

“Creo que con el tiempo merecemos no tener gobierno”…
Estas fueron las palabras satíricas de un afamado escritor argentino, que fue motivado por los impulsos desconcertantes y atolondrados, que los embargaban al momento de presenciar algunas injusticias, subyacentes a los desórdenes existentes de un sistema, mal administrado, sin conciencia ni dignidad humana.

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Todos los seres conscientes y temerarios de la Justicia, soñamos con un mundo mejor, más organizado, menos prejuiciado y con un trasfondo humanista. Sin embargo, muchos solamente nos limitamos a desarrollar “ideas”, o “ideales”, en nuestra cognición racional, pero muy pocos logramos materializarlos, llevarlos a la praxis. Posteriormente, si creemos en el cambio, y nos sentimos con capacidad plena de resolver los problemas que nos afectan en nuestro diario vivir, entonces, tenemos que afrontar el reto; lanzarnos “con dientes y cuchillos, con diccionarios y citas respetables”, pero arriesgarnos, para que nuestras ideas generen un cambio significativo en las estructuras preconcebidas en el sistema.

Unificando nuestros criterios, podríamos vivir en mejores condiciones, podríamos ser mejores líderes, coordinadores e historiadores, etc. Del mismo modo, pasaría con los niveles de conciencia, que nos ayudaría a desarrollar un mundo más humanizado, sin ánimos de pisoteo o de “brillar” frente a los demás. La revolución debe nacer de la necesidad de los pueblos, de las personas, de la conciencia, no por chabacanerías, o por impresionar creyéndonos diferentes. Pienso y creo, en los poderes enfáticos de la solidaridad.

Si mañana decidimos, paralizar el transporte, o protestar contra algo, con intenciones de que nos escuchen, y nos somos radicales ni unidos en nuestras convicciones, todo será en vano, porque las debilidades espirituales tumban los proyectos; en cambio, si lo hacemos batallando hasta el final, sin mirar hacia atrás, y procuramos con valentía y propiedad, creyendo fielmente en nuestras peticiones, entonces, el futuro de nuestra nación tomaría su curso correcto.

Atentamente,

Nehemías Isabel Salazar,
Estudiante de la Escuela de Derecho (UASD)