miércoles, 24 de diciembre de 2008

LA JUVENTUD Y SUS AHNELOS

Este artículo sube cortesía de la dirección de Vanguardia Virtual


La sociedad y los gobiernos en todos sus niveles deben reconocer la valiosa contribución que la juventud puede hacer en todos los sectores de la ciencia, el arte y la cultura; no debemos desperdiciar su energía, su entusiasmo y su capacidad creadora en la difícil tarea de una construcción nacional.

Nuestro país demanda poner atención especial en las necesidades y aspiraciones propias de la juventud, los gobiernos deben tener la visión necesaria para saber leer e interpretar los anhelos, los deseos de la juventud, a fin de estimular su participación en la formación de nuevas políticas y programas.

Debemos estar conscientes que actualmente en nuestro país, un amplio sector de la juventud no alcanza a cursar una carrera profesional, no por falta de motivación, sino por falta de recursos económicos; y peor aún, una gran cantidad de jóvenes que logran terminar sus estudios se pierden en ese camino nebuloso y oscuro, donde los invade la desesperación al no poder encontrar un trabajo que sea afín a su profesión y terminan haciendo a un lado su carrera, dedicándose a cualquier oficio que les proporcione recursos para subsistir.

Para nosotros los jóvenes resulta una verdadera epopeya el lograr conseguir un empleo, porque la iniciativa privada impone a los jóvenes en un primer momento el contar con título profesional, siendo razonable esta exigencia, pero en un segundo momento se nos exige experiencia en la materia, que oscila de dos a tres años como mínimo, requisito que viene a lesionar a la juventud porque precisamente quiere iniciar su vida laboral y esta exigencia absurda resulta un gran obstáculo, y en un tercer momento, cuando se logra tener la experiencia requerida, ¡Oh, sorpresa! se ha rebasado la edad requerida para el empleo.

Por todo lo anterior expuesto, festejemos a la juventud con un concierto, pero con un concierto de verdaderas oportunidades en materia de educación, empleo y vivienda. Escuchemos las demandas de la juventud y trabajemos en ellas con responsabilidad. Sólo aquel gobierno que sea capaz de atender y satisfacer las demandas de la juventud, será digno de ser un gobierno progresista.